
Violencia en hospitales: Weretilneck denunció el ataque en Cipolletti y pidió que no quede impune
El gobernador Alberto Weretilneck repudió la brutal agresión a enfermeros en Cipolletti y anunció que el Estado se presentará como querellante para exigir justicia.
El caos estalló el domingo por la noche en el hospital Pedro Moguillansky de Cipolletti. Una emergencia médica se transformó en una violenta agresión contra el personal de salud, en un hecho que dejó expuesta la fragilidad de la seguridad en los hospitales públicos rionegrinos.
Todo comenzó cuando un joven fue trasladado por el servicio de emergencias SIARME tras ser hallado descompensado en una plaza. El paciente presentaba signos compatibles con una crisis epiléptica. Mientras era evaluado y se le realizaban estudios, el joven se levantó súbitamente de la cama, se arrancó la vía intravenosa y salió al hall de la guardia, desencadenando una escena fuera de control.
Instantes después, familiares del paciente irrumpieron en el edificio con actitud agresiva, insultando y luego golpeando al personal médico y de enfermería. La situación fue tan grave que algunos trabajadores resultaron con lesiones y no pudieron continuar su turno. A pesar de contar con presencia policial, el único efectivo asignado a la institución se encontraba fuera del edificio al momento del ataque.
Frente a este nuevo episodio de violencia, que se suma a una preocupante serie de hechos similares, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, utilizó sus redes sociales para manifestar un enérgico repudio y anunció medidas concretas. “No vamos a permitir que se sigan repitiendo actos de violencia dentro de nuestros hospitales”, aseguró el mandatario. En su mensaje, identificó al principal agresor como Franco Adrián Lautaro Flores, quien ya recuperó la libertad por decisión judicial, un hecho que calificó de “inadmisible”.
Weretilneck informó que el Gobierno provincial ya presentó la denuncia penal correspondiente y que el Ministerio de Salud se constituirá como querellante en la causa. “No nos vamos a quedar de brazos cruzados. Vamos a actuar con todas las herramientas legales que tenemos para que este tipo de situaciones no se naturalicen”, agregó.
El mandatario cerró su mensaje con una advertencia clara: “Los hospitales son espacios de cuidado. No de violencia. Y el Estado va a estar presente para proteger a nuestros trabajadores de salud”.
Mientras el personal del hospital exige mayor presencia policial y respaldo institucional, la Justicia deberá ahora definir si avanzará con medidas ejemplares frente a un hecho que encendió una vez más las alarmas sobre la creciente inseguridad que enfrentan quienes trabajan en el sistema de salud pública.