
Se impuso el veto de Walter Cortés: las regalías petroleras irán para el puente Wiederhold
El Concejo Municipal no reunió los votos para ratificar la ordenanza sobre el vertedero. Se impuso el veto del intendente y los fondos irán al puente que cruza el arroyo Ñireco.
En una sesión extraordinaria marcada por tensiones y reproches cruzados, el Concejo Municipal no logró reunir los dos tercios necesarios para ratificar la ordenanza que disponía el uso de regalías hidrocarburíferas para el cierre del vertedero municipal y el desmantelamiento del CRUM. Como consecuencia, quedó firme el veto impulsado por el intendente Walter Cortés y, con él, la decisión de destinar cerca de 420 millones de pesos a la postergada obra del puente sobre calle Wiederhold.
La sesión giró en torno a la Resolución 1105/25, que oficializó el veto del Ejecutivo a la ordenanza 3501-CM-25, aprobada semanas atrás por mayoría. El debate estuvo atravesado por una tensión que ya es habitual en el cuerpo deliberativo: la pugna entre prioridades estructurales sin respuesta y los recursos siempre escasos.
El primero en tomar la palabra fue el concejal Leandro Costa Brutten (Incluyendo Bariloche), quien se mostró crítico del veto, pero también del planteo que enfrenta la necesidad del puente con la emergencia ambiental del vertedero. “Es una falsa dicotomía”, advirtió. Reconoció que hay demandas legítimas en ambas problemáticas y llamó a no poner a los vecinos en una competencia por recursos. “El dinero debe ir a donde los vecinos quieren, pero hay situaciones incumplidas”, señaló.
Su intervención fue también una crítica a la gestión del Ejecutivo, a quien acusó de “mentir sobre la falta de fondos” y de fomentar enfrentamientos vecinales para encubrir la baja ejecución presupuestaria. Recordó que el puente Wiederhold estaba previsto con fondos del Plan Castello o recursos propios, y que, como otras obras –entre ellas, la red de gas en Villa Lago Gutiérrez–, sigue sin concretarse.
Fondos con destino condicionado
Natalia Almonacid (JSRN) explicó que su bloque acompañaría el veto, aunque sin dejar de subrayar la urgencia ambiental del vertedero. Fundamentó su voto en aspectos técnicos: la Ley Provincial 5733 establece que las regalías deben aplicarse a obras de infraestructura con aval provincial, y que el Decreto 203 exige la existencia de un proyecto de inversión, condición que –según indicó– ya fue cumplida para el puente.
“La obra del puente tiene un presupuesto inicial aprobado por 1.655 millones de pesos, pero según los datos oficiales, lleva cero pesos ejecutados”, remarcó. Ante este panorama, sugirió que, de concretarse la asignación adicional de fondos, se debería reestructurar la partida y derivar el remanente al saneamiento del vertedero.
Facundo Villalba (Primero Río Negro) fue más contundente. Acusó al Ejecutivo de actuar de forma sottovoce, de “hacer un despelote” con los vecinos al asegurar que no había recursos disponibles para el puente, y de priorizar pagos a privados –como el caso Navtour– antes que obras esenciales.
El vertedero, una deuda crítica
Más allá del resultado de la votación, varios concejales insistieron en la necesidad de actuar con urgencia sobre el vertedero, al que definieron como “una bomba ecológica”. Roxana Ferreyra (Nos Une) calificó de “angustiante” la situación, recordó su compromiso con el cierre definitivo del basural y reclamó por la ausencia de políticas públicas para las más de 100 familias que trabajan en el predio. Villalba, por su parte, acusó al intendente Cortés de haber abandonado una de sus principales promesas de campaña, al no presentar ningún plan concreto desde diciembre de 2023.
La votación confirmó lo que ya se preveía: la ratificación de la ordenanza no alcanzó la mayoría agravada de dos tercios requerida para contrarrestar el veto. Así, quedó confirmada la asignación de los fondos petroleros al puente Wiederhold.
Pero el debate dejó secuelas: la oposición salió fortalecida en su rol fiscalizador, con renovados pedidos de informes para conocer el presupuesto y estado real del proyecto. La obra del puente vuelve al centro de la escena, pero ahora con el reloj en marcha y el compromiso político de que no se trate de otra promesa sin cumplir.