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El barilochense Federico Fontan lideró al equipo argentino en el Mundial de la Pizza en Italia

Con una sólida experiencia en el hotel Llao Llao y en eventos gastronómicos de élite, el cocinero barilochense Federico Fontan fue el encargado de capitanear al equipo argentino en el Mundial de la Pizza en Parma.

El barilochense Federico Fontan lideró al equipo argentino en el Mundial de la Pizza en Italia

Con una sólida experiencia en el hotel Llao Llao y en eventos gastronómicos de élite, el cocinero barilochense Federico Fontan fue el encargado de capitanear al equipo argentino en el Mundial de la Pizza en Parma.

La delegación estuvo compuesta por 12 profesionales de la Apyce (asociación de pizzerías y casas de empanadas), distribuidos en distintas regiones del país. En esta oportunidad, Federico no participó como competidor, sino como responsable de coordinar al equipo, asistir a quienes no hablaban italiano, y organizar todo lo relacionado con horarios, logística, convivencia y estrategias de competencia.

“Estar como capitán fue una gran oportunidad para mí”, señaló en una entrevista con Radio Con Vos Patagonia. “Me vengo dedicando hace tiempo a formar equipos, a dejar estructuras armadas, y esto fue un paso más en ese camino”. Además de su experiencia técnica, Fontan destacó el desafío que implicó convivir con trece personas adultas en una misma casa durante diez días. Alquilaron una residencia típica italiana de cuatro pisos, donde se repartieron las tareas cotidianas –cocinar, limpiar, organizarse por turnos para usar la cocina– mientras preparaban las recetas con las que competirían.

La competencia incluyó categorías como pizza napolitana, pizza in teglia, sin gluten, freestyle (con acrobacias con la masa), y pizza due, donde un pizzero y un cocinero trabajan en conjunto. El equipo de Fontan logró destacarse entre más de mil participantes, con resultados como el segundo puesto en freestyle, quinto en la masa más grande, y posiciones dentro del top 20 en otras categorías tradicionales. “Estar en ese ranking, rodeado de italianos, es muy valorable. Es la casa de la pizza”, afirmó.

Las jornadas fueron intensas. Dormían entre tres y cinco horas por día, con trabajo nocturno para preparar las masas, respetar tiempos de fermentación, realizar pliegues y cumplir con las exigencias técnicas de la competencia. “A la vuelta necesito dos días para dormir. Literal. Como y duermo, me desmayo”, contó.

El jurado valora tanto el sabor como la técnica. En particular, se observa el movimiento del pizzero, cómo manipula la masa, cómo ingresa al horno, la temperatura del bollo, el momento exacto en que se incorpora el aceite, entre otros detalles que pueden definir si se avanza o se queda afuera. Todo esto lo vuelve muy profesional y exigente, pero también enriquecedor para quienes se dedican a este rubro.

En cuanto a los ingredientes, algunos se llevan desde Argentina, pero una parte importante se adapta con insumos locales. “Vamos todos los días al mercado a probar cosas nuevas. Probamos muzzarellas, embutidos, verduras. Parma es increíble para eso”, explicó. El equipo trabaja durante meses previos a la competencia para definir las recetas, aunque algunos toppings pueden modificarse en función de la calidad de los productos que encuentran en Italia.

Con una sólida trayectoria y una pasión visible, Federico Fontan demuestra que el oficio de la pizza puede ser tan riguroso como cualquier otro, y que la excelencia también se construye en equipo.

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