La ciudad Escuchar artículo

Del mito al hierro: la familia Yung planea un Nahuelito gigante para Bariloche

Una familia de herreros barilochenses quiere construir una escultura de hierro del Nahuelito y donarla a la ciudad como homenaje a su historia, sus raíces y su leyenda más famosa.

Del mito al hierro: la familia Yung planea un Nahuelito gigante para Bariloche

Una familia de herreros barilochenses quiere construir una escultura de hierro del Nahuelito y donarla a la ciudad como homenaje a su historia, sus raíces y su leyenda más famosa.

Walter Jung, creador de la plataforma de comunicación Vermixplay, contó en una entrevista con Radio Con Vos Patagonia que están impulsando una obra colectiva con su familia: una figura metálica de Nahuelito, el mítico ser del lago Nahuel Huapi, que sería instalada como atractivo turístico y símbolo cultural barilochense.

La idea nació casi de casualidad. Entre risas, Walter relató que soldó una pequeña estructura para apoyar libros y eso lo conectó con sus raíces. “Soldé una bibliotequita yo mismo, y eso me hizo pensar en todo lo que llevamos en la sangre. Así surgió la idea de hacer algo grande”, confesó.

La historia de los Jung en Bariloche arranca en 1910, cuando su bisabuelo llegó a una ciudad que todavía no llegaba al millar de habitantes. Se asentó frente a lo que hoy es la estación de servicio de Mitre y Onelli y allí levantó la primera herrería de la familia. Con los años, la tradición fue pasando de generación en generación: su abuelo, sus tíos abuelos, sus primos, y ahora también los bisnietos. Una línea de trabajo artesanal ininterrumpida, que forma parte del tejido social y económico de la ciudad.

El vínculo con el hierro no es solo laboral: también es emocional. Walter grabó a su abuelo en 2012 contando historias sobre los inicios de la herrería familiar, las costumbres de la época, los desafíos de aquellos pioneros. El abuelo falleció en 2015, y desde entonces ese archivo quedó guardado. “Por una cosa u otra nunca lo pude hacer. Y este año dije, bueno, voy a hablar con mis tíos, con mis primos, vamos a hacer algo”, dijo. Y así fue como surgió este nuevo proyecto, que toma forma de homenaje al linaje familiar y a la ciudad que los vio crecer.

La escultura proyectada tendrá aproximadamente seis metros de largo y cuatro de alto. La intención original era presentarla en el desfile del próximo 3 de mayo, aunque por cuestiones de tiempos logísticos es probable que el proceso se extienda. De todos modos, el entusiasmo está intacto. El objetivo es que la estructura se convierta en un nuevo ícono visual de Bariloche, como lo es hoy el cartel con el nombre de la ciudad. “¿Quién no se sacaría una foto con el Nahuelito?”, preguntó Walter, convencido de que la figura tiene un fuerte potencial turístico.

El proyecto ya fue presentado en el Concejo Municipal con la solicitud de ser declarado de interés cultural, y se encuentran gestionando materiales a través de empresas locales. La prima de Walter, María, está encargada de articular ese aspecto con firmas privadas que podrían acompañar la iniciativa. Además, uno de los primos, Federico, es un reconocido herrero que compitió a nivel nacional, y será una pieza clave en la construcción.

La escultura está pensada no solo como atractivo turístico sino como un gesto simbólico de agradecimiento a la ciudad. “Es un regalo. Queremos dejar un legado del legado que nos dejaron los viejos”, expresó Walter, quien también participó en el documental Bajo Superficie, dirigido por Miguel Rossi, que indaga en los testimonios y leyendas en torno a la existencia del Nahuelito. Aquel trabajo dejó huella: “Los testimonios que hubo ahí fueron impresionantes”, recordó.

Walter afirmó que la historia del Nahuelito es parte inseparable de la identidad barilochense. En los años noventa, su figura estuvo muy presente en la cultura popular local, desde stickers hasta concursos de dibujo. Sin embargo, nunca se concretó una escultura pública de escala real que lo represente. Este proyecto busca saldar esa deuda con una obra duradera, artística y simbólica.

Lo que empuja este proyecto es algo muy profundo: el deseo de honrar a los antepasados y de ofrecerle a Bariloche una obra que hable de su historia, de su gente y de sus leyendas. El Nahuelito de hierro no es solo una escultura. Es una forma de volver tangible una identidad compartida, de soldar el pasado con el presente, de hacer visible lo invisible.

“No se trata solo de hierro. Se trata de memoria, de raíces, de cariño por este lugar”, resume Walter. En tiempos donde todo parece efímero, la familia Jung apuesta por algo que perdure. Algo que cuente una historia sin necesidad de palabras. Algo que quede.

Volver arriba