
“Con este nivel de impuestos no hay margen”: alerta del sector comercial de Bariloche por la crisis de consumo
El presidente de FEEBA advierte sobre la pérdida de competitividad del comercio barilochense frente a Chile, la presión impositiva y el consumo en caída.
En una ciudad que históricamente lideró el ranking de destinos turísticos del país, el pulso del comercio minorista de Bariloche late cada vez con más debilidad. La advertencia no es menor: "Si no hay turismo, el comercio muere", sentenció sin rodeos Leonardo Marcasciano, presidente de la Federación de Entidades Empresarias de Bariloche (FEEBA), en diálogo con Radio Con Vos Patagonia. Su diagnóstico es tan claro como preocupante: la caída del consumo, el peso de los impuestos y una competencia fronteriza casi imposible de enfrentar están empujando al comercio local a un terreno de difícil retorno.
Marcasciano se refirió a los últimos datos publicados por CAME, que mostraron un crecimiento interanual del 3,7% en abril para las ventas minoristas, pero que, desestacionalizados, reflejan una caída del 1,8%. En el acumulado del cuatrimestre, la baja llega al 14,9%. “Los márgenes están destruidos”, afirmó. “Lo que vemos en la calle no es un repunte real: los costos de servicios, los impuestos, los alquileres y el bajo poder adquisitivo hacen que el consumo esté completamente limitado”.
La condición de ciudad turística, que durante años fue el salvavidas del comercio barilochense, hoy muestra sus límites. Según datos de la propia FEEBA, cerca de la mitad de los turistas argentinos que se movilizaron en lo que va del año optaron por viajar al exterior. El dólar, a pesar de su cotización favorable, no logra traccionar al turismo receptivo. La “divisa fresca” que mantenía activo al circuito comercial hoy entra en cuentagotas.
“Estamos viviendo una de las bajas más marcadas en años. Y la situación se agrava por ser ciudad de frontera. Mucha gente cruza a Chile a hacer sus compras porque los precios son imposibles de igualar”, explicó. La diferencia no es menor: “Allá el costo laboral es del 5% sobre el sueldo del empleado. Acá, entre impuestos y cargas sociales, pagamos entre 60% y 67% más”, graficó el titular de FEEBA.
La presión fiscal y la falta de herramientas para competir frente a los precios chilenos generan un escenario de retracción en el que, según Marcasciano, “en muchos comercios se vende solo lo indispensable”.
La urgencia de recuperar beneficios fiscales
Desde el sector empresario, el reclamo es claro: se necesita una política diferencial para la Patagonia. Un punto central del pedido es la restitución del Decreto 814, que permitía computar una parte importante de las cargas sociales como crédito fiscal. Eliminado en 2016, su ausencia profundizó las asimetrías con respecto al centro del país. “Competimos con Buenos Aires por los mismos productos, pero acá producimos con costos más altos, pagamos zona fría, y encima estamos a 1.600 kilómetros”, señaló.
El lunes próximo, las entidades empresarias patagónicas mantendrán un encuentro para exigir al Gobierno Nacional la reimplementación de ese beneficio. “Hay empresas que extraen materias primas acá, pero se las llevan a producir a Buenos Aires. Es un contrasentido absoluto para el desarrollo regional”, advirtió Marcasciano.
Pese al panorama sombrío, el titular de FEEBA no se queda en la queja. Destacó el esfuerzo conjunto entre las cámaras empresarias y el Emprotur para lanzar una campaña de precios congelados en hotelería y gastronomía. “Es lo primero que mira el turista. Si logramos una propuesta atractiva, podemos recuperar parte de la demanda”, aseguró. A eso se suma el desarrollo de una landing page y promociones específicas para la temporada invernal.
Sin embargo, hay trabas estructurales que dificultan la planificación. “Todavía el cerro Catedral no definió tarifas para el invierno, cuando ya se están vendiendo paquetes. Necesitamos previsibilidad para atraer turismo. No podemos esperar a último momento”, remarcó.
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