
El regreso de Vanessa Ragone a Bariloche: cómo nació Atrapados, la serie argentina éxito en Netflix
Vanessa Ragone lidera una producción que pone en valor el talento local y convierte a Bariloche en escenario y alma de una de las series más vistas del país.
San Carlos de Bariloche ya no es solo una postal turística: ahora es el alma de una de las series más vistas de Netflix. Atrapados, un thriller cargado de tensión, redes sociales y dramas familiares, se metió en el top mundial y conquistó al público argentino.
La serie combina investigación periodística, problemáticas sociales y vínculos familiares atravesados por el conflicto. Su historia potente y una ambientación realista lograron captar la atención del público, mostrando a Bariloche con su nombre, sus barrios y su identidad intacta.
La trama sigue a Ema Garay, una periodista que investiga la desaparición de Martina, una joven de 16 años. El principal sospechoso es un líder social con un pasado dudoso, mientras su hijo Bruno, activo en redes, también se ve envuelto en la búsqueda de justicia. La historia se desenvuelve en un Bariloche reconocible y presente en cada plano.
Atrapados está protagonizada por Soledad Villamil en el papel de Ema Garay, acompañada por un elenco de destacados actores como Juan Minujín y Alberto Ammann. Matías Recalt interpreta a Bruno, el hijo adolescente de la protagonista.

En diálogo con Radio Con Vos Patagonia, Vanessa Ragone, productora de la serie, explicó que la elección de Bariloche como locación no fue casual. “Necesitábamos un lugar contenido, donde los personajes pudieran cruzarse de forma natural, y una ciudad grande como Buenos Aires no funcionaba para eso”, señaló.
Además del criterio narrativo, también hubo una motivación personal. “Terminé el secundario en Bariloche y le tengo un cariño enorme. Pensamos: ¿qué pasaría si la ciudad también jugaba un rol en la historia? Y funcionó muy bien”, agregó. Así, la producción apostó por mostrar un Bariloche auténtico, lejos del uso turístico o decorativo que normalmente se le da en otras ficciones.
La realización de Atrapados movilizó a más de 300 personas durante seis semanas de rodaje en Bariloche. Según Ragone, el operativo fue complejo: traslados, alojamientos, logística y grabaciones en locaciones naturales muchas veces inaccesibles. “Mudamos a todo el equipo técnico, que en su mayoría venía de Buenos Aires. Bariloche tiene estructura, pero el cine es muy exigente: a tal hora se corta y tiene que haber 300 comidas listas y calientes”, explicó.
A pesar de las dificultades, el trabajo con la comunidad local fue fundamental. “Tuvimos un equipo barilochense de producción espectacular. Encontramos talentos en todas las áreas: peluquería, seguridad, técnicos de montaña, y todos los extras fueron vecinos de la ciudad”, destacó. También se integró un grupo de grafiteros locales que intervinieron el conocido “Elefante Blanco” del Alto, adaptándolo especialmente para una de las escenas más importantes de la serie.
Por razones económicas, muchos interiores se filmaron en Buenos Aires. Sin embargo, Ragone remarcó que la intención fue siempre mantener el espíritu barilochense en pantalla. “Queríamos que la ciudad se sintiera viva, con sus nombres reales, sus barrios y su personalidad. No se trataba de usar Bariloche como un set”, señaló.
El clima fue otro de los desafíos del rodaje. Aunque no se necesitaba nieve para la historia, el equipo buscó una ventana de tiempo entre el verano y el comienzo del frío patagónico. “Tuvimos algunos días de lluvia y mucho viento, incluso hubo escenas que debimos reorganizar sobre la marcha”, contó Ragone. Las escenas filmadas en el lago Nahuel Huapi exigieron equipos especiales de calefacción y seguridad, ya que los actores debían meterse al agua. “Fue una movida enorme, pero necesaria para lograr realismo”, agregó.
El elenco de Atrapados combina figuras reconocidas con jóvenes talentos y una destacada participación de actores y extras locales. Todos los extras son barilochenses, y su presencia le aporta una autenticidad única a la serie. Soledad Villamil llevó adelante el peso dramático de la historia con una entrega total, rodando durante los 60 días de filmación sin interrupciones, incluso bajo condiciones climáticas exigentes. El elenco juvenil también se destacó por su compromiso, aportando sensibilidad y credibilidad a personajes complejos. La convivencia entre nuevas generaciones y actores consagrados fue una de las claves del realismo logrado.
Más allá del éxito de Atrapados, el trabajo de Vanessa Ragone confirma su lugar como una de las grandes referentes de la industria audiovisual argentina y latinoamericana. Productora de títulos como El secreto de sus ojos —ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010—, Tesis sobre un homicidio y Betibú, su trayectoria combina calidad, visión creativa y compromiso con la ficción nacional. Hoy, además, preside la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica.
Atrapados es una historia que refleja la fuerza del talento argentino, tanto delante como detrás de cámara. Con una trama actual, un elenco sólido y una producción que pone en valor lo local, la serie demuestra que la ficción nacional sigue siendo relevante y de gran calidad. Ya disponible en Netflix, es una invitación a descubrir un thriller diferente, hecho con pasión y compromiso.
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