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Referéndum por Uber: Cortés acelera y ya negoció un tributo con la plataforma

En una reunión distendida, el Intendente adelantó que la empresa aportará un 2% de su recaudación al Municipio. “Lo que diga el pueblo se va a hacer”, afirmó.

Referéndum por Uber: Cortés acelera y ya negoció un tributo con la plataforma

En una reunión distendida, el Intendente adelantó que la empresa aportará un 2% de su recaudación al Municipio. “Lo que diga el pueblo se va a hacer”, afirmó.

“Me cansé de esperar al Concejo”, lanzó Walter Cortés en una reunión que tuvo más clima de asamblea que de acto de gobierno. Frente a un grupo de vecinalistas y conductores de aplicaciones de transporte, el intendente confirmó que avanzará en la habilitación de Uber en Bariloche, y que lo hará bajo un mecanismo inusual: un referéndum popular obligatorio.

El encuentro se concretó el martes (1/7), en la previa de un anuncio que se ampara en el artículo 163 de la Carta Orgánica Municipal: la posibilidad de convocar a consulta popular vinculante ante un oficialismo que no logró destrabar un proyecto propio en el Deliberante.

Pero las novedades no quedaron ahí. Cortés reveló que la empresa Uber ya aceptó tributar un 2% de su recaudación al Municipio y acatar una serie de requisitos técnicos, como el control del estado de los vehículos que prestan servicio. “Lo que diga el pueblo se va a hacer”, sentenció el jefe comunal, sin vueltas.

Entre mates y con el típico tono campechano del exlíder sindical, Cortés dejó claro que el procedimiento para convocar al referéndum demandará unos 30 días. Y avisó que será obligatorio, con penalización para quienes no voten. “Habrá un castigo para el que no participe”, lanzó.

Una votación que puede cambiar el mapa del transporte

“El resultado le va a dar fuerza a una ordenanza que no se podrá cambiar ni dar vuelta”, advirtió Cortés, consciente de que la disputa con el sector de taxis y remises ya está desatada.

La frase no fue casual. El intendente remarcó que “hay muchos intereses en juego”, en alusión directa a los taxistas, que históricamente resistieron el desembarco de Uber. “Se sienten perjudicados porque cada cosa nueva les afecta. Y porque las licencias no van a valer lo que valían... hay familias enteras que vivieron del taxi”, planteó.

Frente a los choferes de las apps, también dejó una crítica. Les reprochó no contar con un padrón formal y les sugirió organizarse como colectivo. “Tienen que defenderse. Porque si no se organizan, siempre va a haber una avivada”, advirtió, en alusión a quienes activan la aplicación estando de paso en Bariloche.

En otro tramo del encuentro, volvió a subrayar que Uber es solo una herramienta tecnológica. “El transporte lo regula el Municipio”, remarcó. Una línea discursiva que combina su ADN sindicalista con su rol de intendente: control, regulación y tributo.

La avanzada del Ejecutivo llegó cuando el Concejo Deliberante aún discute dos proyectos de ordenanza. Uno es del oficialismo (PUL), presentado en septiembre de 2024, que propone crear un Registro Municipal de Plataformas Digitales de Transporte. El otro lleva la firma de la concejal Roxana Ferreyra (Nos Une), quien impulsó su propia iniciativa ante la falta de avances, exigiendo que las empresas tributen y que los vehículos sean controlados como cualquier otro servicio local.

Un debate que lleva casi una década

La discusión no es nueva. En 2016, apenas se insinuó el desembarco de Uber, el Concejo emitió una comunicación formal al Enacom para rechazar su ingreso. Aquel rechazo fue unánime y cargado de argumentos: competencia desleal y falta de marco legal.

En 2023, el entonces intendente Gustavo Gennuso, en plena campaña electoral, suspendió el funcionamiento de la aplicación y ordenó operativos de tránsito con secuestro de vehículos, hasta tanto se dictara una ordenanza. El plazo inicial era de 30 días, pero nunca se destrabó.

Cortés, en cambio, nunca ocultó su intención de habilitar Uber y otras plataformas. Pero lo hará bajo sus reglas: aporte municipal, control de vehículos y mano de obra local. Según datos de la propia empresa, en noviembre de 2024 más de 10.000 viajes se realizaron a través de la aplicación en Bariloche. Sin embargo, no hay cifras oficiales sobre cuántos choferes trabajan hoy con la app activa.

Del otro lado de la vereda, taxistas y remiseros —con 285 y 340 licencias, respectivamente— endurecen su posición. Insisten en que se trata de un servicio ilegal, y lo comparan con los conflictos que Uber generó en otras ciudades del mundo.

La cuenta regresiva ya está en marcha. El segundo referéndum popular en la historia de la ciudad abrirá un nuevo escenario, con un resultado que podría reconfigurar definitivamente el mapa del transporte en Bariloche.

Mientras tanto, la tensión crece. Y la calle —como tantas veces en la historia local— promete ser el verdadero escenario donde se juegue la pulseada final.

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