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Oleosan: El viaje de una plantación de olivos a una marca de alta calidad

Desde San Antonio Oeste surge una de las producciones más importantes de aceite de oliva en todo el país. Un emprendimiento familiar que creció hasta hacer de la costa rionegrina la tierra prometida.

Oleosan: El viaje de una plantación de olivos a una marca de alta calidad

Desde San Antonio Oeste surge una de las producciones más importantes de aceite de oliva en todo el país. Un emprendimiento familiar que creció hasta hacer de la costa rionegrina la tierra prometida.

En el kilómetro 1127 de la Ruta 3, a 12 kilómetros del cruce con la Ruta 251, se encuentra Oleosan, un emprendimiento que ha logrado posicionarse como uno de los productores de aceite de oliva de mayor calidad en Argentina. Detrás de esta marca está Gladis Maidana, una emprendedora que, junto a su familia, ha trabajado incansablemente durante dos décadas para hacer realidad este proyecto en San Antonio Oeste.

La historia de Oleosan comienza hace 22 años, cuando dos visionarios decidieron aprovechar las características únicas de la región para cultivar olivos. “Dos personas muy trabajadoras buscaron hacer algo productivo en la región, teniendo campos y teniendo agua, y buscaron opciones”, relata Maidana. Tras analizar el suelo y el clima, se dieron cuenta de que las condiciones eran ideales para el cultivo del olivo. La amplitud térmica de la región, con veranos que oscilan entre los 35 grados durante el día y los 20 por la noche, resulta perfecta para el desarrollo de la fruta.

Desde sus inicios, la plantación ha seguido un proceso de prueba y error, descubriendo que el clima local no solo favorece el crecimiento de los olivos, sino que también impacta directamente en la calidad del aceite producido. “El clima de la región es ideal porque es muy marcada la temperatura, la amplitud en época de verano”, explica Maidana. Esta característica permite que el aceite de Oleosan tenga un contenido de ácido oleico excepcionalmente alto, alcanzando un 70%, el porcentaje más elevado del país. Este compuesto es clave para la calidad del aceite, ya que cuanto más ácido oleico contiene, mejor es su calidad.

El proceso de producción de Oleosan ha sido un viaje de aprendizaje constante. Los olivos, que comenzaron a dar fruto después de cuatro o cinco años, ahora se encuentran en pleno rendimiento, gracias a un riguroso trabajo de preparación del suelo y al desarrollo de un sistema de riego por goteo que abarca 110 hectáreas. “Nosotros, toda la plantación tiene un sistema de riego por goteo. Entonces la planta tiene el agua que necesita sin desperdiciarse”, comenta Maidana, subrayando la importancia de optimizar los recursos en una región árida.

La tecnología también ha jugado un papel crucial en la evolución del emprendimiento. Hasta el año pasado, la cosecha se realizaba de manera 100% artesanal, pero recientemente han incorporado una cosechadora, la más grande de la región, lo que ha permitido optimizar la calidad y el cuidado de las frutas. Sin embargo, gran parte de la plantación continúa cosechándose de forma artesanal, manteniendo así el toque personal y tradicional que caracteriza a Oleosan.

Además del aceite de oliva, Oleosan ha expandido su producción al mundo del vino, con la reciente incorporación de un viñedo de Malbec. Este año, la empresa realizó su primera vendimia, produciendo un Malbec orgánico y artesanal. “El olivo y el viñedo van de la mano”, señala Maidana, quien se muestra entusiasmada con las positivas evaluaciones recibidas de dos enólogos que acompañan el emprendimiento. Próximamente, la empresa abrirá una pequeña bodega para que los visitantes puedan conocer de cerca el proceso de producción.

Oleosan no solo se destaca por la calidad de sus productos, sino también por su enfoque en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. El sistema de riego por goteo y la producción artesanal son reflejo de un compromiso con la eficiencia y la calidad, aspectos que han llevado a la marca a ganarse un lugar en los mercados más exigentes del país. Desde su planta en San Antonio Oeste, Oleosan distribuye sus productos a nivel nacional, con clientes en lugares tan distantes como Misiones, Salta y Ushuaia. “Tenemos nuestra tienda online, nuestro catálogo por WhatsApp, por las redes, desde acá a todo el país”, dice Maidana, evidenciando cómo el emprendimiento ha sabido adaptarse a los tiempos modernos.

En Oleosan, cada botella de aceite de oliva y cada botella de Malbec lleva consigo el esfuerzo y la dedicación de años de trabajo, el aprovechamiento de un entorno natural único y el compromiso de una familia con la excelencia. La historia de Oleosan es un testimonio de lo que se puede lograr cuando se combina visión, trabajo duro y un profundo respeto por la tierra.

*La entrevista de Guillermo Fabio:

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