
Martín Raffo, campeón argentino de descenso: “El deporte crece desde la base y eso emociona”
Recién consagrado campeón argentino de descenso en Tucumán, Martín “Cepi” Raffo volvió a Bariloche y habló del presente del mountain bike, el crecimiento del deporte en la ciudad y la posibilidad de organizar una nueva competencia en el Cerro Otto, un lugar clave en su historia personal.
En una entrevista con Va por Vos, por Radio Con Vos Patagonia, Martín “Cepi” Raffo compartió sus sensaciones tras consagrarse campeón argentino de descenso en mountain bike en la categoría Master B2. Fue en Tucumán, en una carrera marcada por las malas condiciones climáticas, con lluvia, barro y frío, factores que casi obligan a cancelar el evento. Sin embargo, la competencia se llevó adelante y el ciclista barilochense volvió a subir a lo más alto del podio. “Fue una carrera compleja, el clima no ayudó en nada. Estuvo cerca de suspenderse hasta último momento, incluso el mismo día de la carrera. Pero las condiciones de barro me jugaron a favor y pude quedarme con el título”, explicó.
Raffo suma con este logro su séptimo u octavo campeonato argentino, aunque admite entre risas que ya perdió la cuenta exacta. Pero más allá del número, el significado de seguir compitiendo y ganando después de tantos años es lo que realmente lo moviliza. Su vínculo con el mountain bike comenzó en los años 90, cuando empezó a recorrer en bicicleta los senderos del Cerro Catedral, en una época en la que el descenso todavía no era una disciplina extendida. Desde entonces, construyó una trayectoria sólida que combina la competencia, la formación, la infraestructura y el compromiso con el desarrollo del deporte en su ciudad.
Con más de tres décadas de experiencia, su mirada trasciende lo competitivo. “Lo que más me alegra es ver cómo creció el mountain bike en su costado recreativo. Para mí, el deporte tiene que ser antes que nada una fuente de salud, de disfrute, de contacto con la naturaleza. Y eso es lo que más ha avanzado en los últimos años. En Bariloche eso se ve claramente, y creo que incluso estamos liderando ese crecimiento a nivel nacional”, señaló.
Ese desarrollo, remarcó, no es casual. En Bariloche, el avance del ciclismo de montaña también se explica por el trabajo colectivo de quienes cuidan y diseñan senderos, organizan actividades y promueven una práctica sustentable. “Hay ciclistas que se comprometen a mantener los caminos, grupos profesionales que trabajan en infraestructura, escuelitas para los más chicos. Todo eso hace que la base del deporte sea cada vez más fuerte. Hay más niños y niñas aprendiendo a andar en bici, y eso garantiza un buen futuro para el mountain bike”, destacó.
En lo competitivo, la situación es diferente. Eventos de alto nivel como el campeonato argentino suelen tener menor convocatoria, pero mucho nivel. “No éramos muchos en Tucumán, pero sí estábamos los mejores. Cuando el evento es de jerarquía, se reduce lo recreativo y se vuelve más exigente”, explicó.
Durante la entrevista, Raffo también adelantó un proyecto que lo entusiasma: la posibilidad de volver a organizar una competencia en el Cerro Otto, uno de los lugares más simbólicos del descenso en Argentina y en su vida personal. “Estamos viendo si para septiembre u octubre podemos organizar una carrera ahí. Sería muy especial porque hace casi treinta años que no se corre en el Otto. Hoy, afortunadamente, el cerro funciona como parque público, con acceso libre y uso ordenado, lo que permite pensar en ese tipo de eventos”, dijo.
Su relación con ese lugar va más allá de lo deportivo. Es una elección de vida. “Yo tomé decisiones personales muy fuertes por ese cerro. Decidí no volverme a Buenos Aires a seguir una especialidad médica, simplemente por quedarme en Bariloche y seguir disfrutando de andar ahí todos los días. Es el lugar que más visito, mi patio, y ahora también mi espacio de trabajo”, contó.
Y es que junto a otros ciclistas, Raffo diseñó y construyó el actual Parque Cerro Lindo, una iniciativa que convirtió ese sector del Otto en un circuito público para actividades recreativas y deportivas. “Ver que hoy eso no solo es un espacio para andar en bici, sino también mi salida laboral, es cerrar un ciclo. Y cuando voy con mi hija de tres años y la veo probar lo que su papá construyó, ya no puedo pedir más”, expresó con emoción.
El testimonio de Martín Raffo no es solo el de un campeón. Es el de alguien que ha hecho del mountain bike una forma de vivir, un modo de vincularse con su ciudad, con la naturaleza y con las nuevas generaciones. En cada título hay esfuerzo, pero también una filosofía. Una que elige quedarse, construir comunidad y apostar a un desarrollo deportivo con raíces profundas y mirada de largo plazo.
