
“El jabalí está fuera de control”: alerta de un experto del CONICET por su avance en la Patagonia
Sebastián Ballari, investigador del CONICET en Bariloche, advierte sobre los riesgos ecológicos y sanitarios que genera el avance del jabalí en la región y en otras partes del país.
El Dr. Sebastián Ballari es biólogo, investigador adjunto del CONICET y trabaja en el Centro de Estudios de Conservación (CENAC), dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi en Bariloche. Especialista en ecología, manejo y control de especies exóticas invasoras, lleva más de 15 años estudiando a uno de los mamíferos más problemáticos del país: el jabalí (y su pariente, el cerdo silvestre).
En una entrevista con Radio Con Vos Patagonia, Ballari explicó por qué esta especie exótica —traída originalmente desde Europa y Asia para caza deportiva— se convirtió en un serio problema ambiental, productivo y sanitario en la Argentina.
“Hace un tiempo era raro verlos en zonas urbanas, pero hoy aparecen cada vez más seguido, no solo en Bariloche, sino en muchas partes del país”, aseguró. El motivo es claro: los jabalíes no tienen grandes depredadores naturales en nuestro territorio, se reproducen con facilidad y son expertos en adaptarse. “Son omnívoros y oportunistas. Comen lo que haya, y si pueden evitar el esfuerzo, mejor. Por eso los cultivos son tan atractivos para ellos”, detalló.
Pero el impacto no termina en el campo. La especie rompe alambrados, altera el suelo al buscar alimento, compite con animales nativos y transmite enfermedades. “Es un reservorio de virus, bacterias y parásitos que pueden afectar al ganado, a la fauna silvestre e incluso a los seres humanos. En los últimos años vimos varios brotes de triquinosis vinculados al consumo de carne de jabalí no analizada o mal cocida”, alertó el investigador.
Aunque suelen evitar el contacto, los encuentros con personas no son imposibles. “Son huidizos y de hábitos nocturnos, pero si se sienten acorralados o están con crías, pueden atacar. Ya hubo incidentes graves, como el caso de Mendoza donde un ataque fue mortal”, recordó.
Controlar esta especie, advierte Ballari, no es sencillo. Cada ecosistema requiere una estrategia específica. “No es lo mismo trabajar en los bosques andinos que en un valle agrícola o en una zona costera. Los contextos son muy distintos y eso hace que el control del jabalí sea mucho más complejo”, explicó. Además, existe cierta resistencia social al uso de métodos letales, que en algunos casos resultan indispensables.
Hoy, el jabalí está presente en prácticamente todo el país. Desde humedales y zonas de costa hasta montañas y áreas rurales, su expansión parece no tener techo. Y los daños, tanto ecológicos como económicos, se multiplican.
“Se necesita una mirada amplia, con participación de científicos, gobiernos, productores, pobladores y turistas. Este es un problema de todos. Y si no actuamos de manera coordinada, va a seguir creciendo”, cerró Ballari.