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Cortés sufrió otro revés político al intentar eliminar las licencias gremiales: “No se puede ser tan miserable”

El Concejo Municipal de Bariloche rechazó por mayoría el proyecto del intendente que buscaba eliminar licencias gremiales. Quién es el diputado rionegrino involucrado en la interna del PUL.

Cortés sufrió otro revés político al intentar eliminar las licencias gremiales: “No se puede ser tan miserable”

El Concejo Municipal de Bariloche rechazó por mayoría el proyecto del intendente que buscaba eliminar licencias gremiales. Quién es el diputado rionegrino involucrado en la interna del PUL.

La decisión del intendente Walter Cortés de avanzar con la eliminación de las licencias gremiales de la conducción del SOYEM no solo volvió a encender la tensión con el sindicato municipal, sino que además provocó este jueves un contundente rechazo político en el Deliberante de Bariloche. Con una mayoría transversal de bloques opositores y sin lograr siquiera el respaldo pleno de su propia bancada, el proyecto enviado por el Ejecutivo para modificar el Estatuto del Empleado Municipal fue archivado tras un debate que dejó al descubierto la soledad política del jefe comunal en su ofensiva contra la representación sindical.

La sesión fue seguida desde el recinto por una numerosa delegación de trabajadores municipales que marcó su presencia y apoyo a la conducción gremial. La tensión era palpable: el tratamiento sobre tablas del proyecto había sido autorizado únicamente para rechazarlo de forma explícita y en términos duros.

Desde el arranque del debate, el concejal Leandro Costa Brutten (IB), marcó la línea argumental que se mantendría durante toda la sesión. “Solicito el rechazo del proyecto, que es una afrenta para el trabajador municipal”, expresó. Y agregó, sin rodeos: “No se puede ser tan miserable y justificar una medida como esta”. La frase generó una ovación espontánea y dejó en claro que el oficialismo no solo enfrentaba un revés legislativo, sino también un costo político considerable.

Para el edil, el proyecto surgió de la “mala intención” del Ejecutivo y señaló que Cortés ni siquiera se encuentra en Bariloche: “el que hace las cosas tiene que dar la cara”, reclamó para luego recordar que “hace dos meses y medio que no está en Bariloche” ante la regularidad de sus viajes. “Intendente, deje de viajar, venga a dar la cara”, le pidió. 

Natalia Almonacid (JSRN) explicó que su bancada había dado paso al tratamiento sobre tablas con el único fin de emitir un rechazo explícito al proyecto del Ejecutivo. “Es una señal necesaria para quien debería estar en la oficina de enfrente”, señaló en alusión directa a Cortés, a quien acusó de priorizar la confrontación con los trabajadores antes que la gestión de los problemas estructurales de la ciudad. “Tenemos una ciudad sin conducción, sin estrategia, sin planeamiento. Y sin embargo el intendente insiste en abrir frentes de conflicto innecesarios”, sostuvo. También reveló que, en una reunión previa, los once concejales habían acordado rechazar el proyecto. Algo que finalmente no sucedió.

En una línea similar se expresó la concejala Roxana Ferreyra (Nos Une), quien fue especialmente crítica con el accionar del intendente. Este proyecto me da vergüenza. El intendente perdió en la Justicia cuando intentó recortar los salarios de la conducción del SOYEM, y ahora vuelve a la carga redoblando la apuesta con esta propuesta”, remarcó acerca del recorte de las licencias con goce de sueldo. Ferreyra vinculó la ofensiva contra el gremio con una “lógica de patrón autoritario” y se preguntó: “¿qué clase de sindicalista es el intendente?”.

Ese mismo punto fue retomado por Facundo Blanco Villalba (PRN), quien señaló que una eventual aprobación de la ordenanza podría derivar en nuevos litigios judiciales con alto costo para las arcas municipales. “Las malas decisiones salen caras”, sintetizó. Y agregó: “Modificar unilateralmente el estatuto de los municipales va a lograr que la Municipalidad pierda otro juicio millonario”.

Pero Blanco Villaba también aportó una estadística preocupante. Según verificó, en lo que va de este 2025, Cortés estuvo ausente del Municipio por 47 días. “El 30% de los días de este año el intendente no estuvo en Bariloche”, señaló para luego pedirle que comience a gobernar “porque ya las excusas no se le creen y se le acabaron”.

Julieta Wallace (IB), apuntó no solo contra el contenido del proyecto, sino contra su modalidad de tratamiento. “Es realmente llamativo que pretendan que votemos una reforma de esta magnitud de un día para el otro”, cuestionó. Luego, con ironía, aludió a la historia sindical de Cortés, hoy en abierta contradicción con sus acciones al frente del municipio. “Se han olvidado de dónde vienen. El intendente asumió y se puso la camiseta de patrón”, disparó.

Pero Wallace también se refirió a una presunta “disputa de poder” en el seno del PUL. “Hace que las cosas no salgan, se encuentren frenadas y como no pueden resolver esta situación, necesitan un culpable”, le recriminó al presidente del Concejo Municipal, Gerardo del Río, a quien -además- le sugirió: “pongan arriba de la mesa las diferencias que tienen entre ustedes, que definan quien gobierna, si gobierna el PUL o Agustín Domingo de JSRN, pero que lo definan”.

El cierre conceptual del debate quedó en manos del edil Juan Pablo Ferrari (JSRN), quien destacó la excepcionalidad del consenso alcanzado. Hoy lograron algo único: que esta mesa se pare toda en una misma vereda. Acá hay cinco o seis bloques distintos, con miradas políticas y estrategias muy diversas, pero todo tiene un límite. Y el límite es cuando la gente se junta para defender lo que es justo”, afirmó, mientras los trabajadores presentes aplaudían.

“Estos mismos empleados son los que hace poco condecoraban porque eran héroes porque fueron a los incendios y hoy les pateamos en contra”, le recordó al oficialismo al tiempo que destacó una frase que ya había utilizado en debates anteriores: “déjense ayudar”

La votación confirmó lo que el clima del debate ya había anticipado: solo dos concejales del oficialismo votaron a favor del proyecto (Tomás Hercigonja estuvo ausente en ese momento); el resto de los bloques, en forma unánime, lo rechazó. El archivo definitivo de la ordenanza -por este año- supone una derrota simbólica y política para Cortés, que ya había sido desautorizado por la Justicia cuando intentó suspender los salarios de la cúpula sindical. Con este nuevo revés, el intendente queda aún más aislado en su pulseada contra el SOYEM, una estrategia que, además de generarle pérdida de capital político, podría acarrear consecuencias jurídicas y financieras para la Municipalidad.

El intento por eliminar las licencias gremiales se suma a una serie de medidas que, desde el inicio de su gestión, Cortés viene impulsando para recortar derechos adquiridos del personal municipal. La resistencia sindical y la falta de apoyo político parecen haberle puesto un freno, al menos por ahora. Pero la lógica de confrontación parece instalada. Y el desgaste, también.

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