
Cómo prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono: señales de alerta y medidas clave
El Ministerio de Salud de Río Negro recuerda la importancia de tomar precauciones para evitar intoxicaciones por monóxido de carbono, un gas altamente peligroso que puede causar consecuencias graves para la salud e incluso la muerte.
El monóxido de carbono (CO) es un gas venenoso, invisible, sin olor ni color, que se genera por la combustión incompleta de materiales como leña, carbón, gas, queroseno, alcohol, gasoil o nafta. Estos elementos suelen estar presentes en estufas, calefactores y otros sistemas utilizados para calentar los hogares durante el invierno.
La inhalación de monóxido de carbono reduce la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, afectando órganos vitales como el corazón y el cerebro. Por eso, es fundamental conocer los síntomas de una posible intoxicación y actuar con rapidez.
Síntomas a tener en cuenta
Los síntomas pueden variar, pero entre los más comunes se encuentran:
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Náuseas o vómitos
- Cansancio inusual, debilidad o letargo
- Confusión, desmayo o pérdida de conocimiento
- Dolor en el pecho y alteraciones visuales
Uno de los principales riesgos es que muchas personas no asocian estos síntomas con una intoxicación, lo que retrasa la atención médica.
¿Qué hacer ante la sospecha de intoxicación?
Ante la presencia de uno o más síntomas, se recomienda:
- Salir inmediatamente al aire libre
- Abrir puertas y ventanas para ventilar el ambiente
- Apagar los artefactos a gas
- No permanecer en el interior del domicilio
- Consultar de inmediato en un centro de salud e informar sobre la posible exposición al monóxido
Recomendaciones para prevenir intoxicaciones
- Usar solo artefactos con salida al exterior.
- En dormitorios y baños, solo están permitidos artefactos de tiro balanceado.
- Nunca dormir con estufas encendidas, salvo que sean de tiro balanceado.
- Mantener siempre algún ambiente ventilado: dejar al menos 10 centímetros abierta una ventana.
- Ventilar la vivienda durante 10 a 15 minutos por día, preferentemente por la mañana.
- Revisar una vez al año todas las estufas, pantallas infrarrojas, catalíticas y calefactores a gas, con un gasista matriculado.
- Evitar el uso de braseros o estufas a kerosene. Si se utilizan, deben apagarse antes de dormir y dejarse enfriar en el exterior.
- No usar el horno ni las hornallas para calefaccionar.
- Verificar que rejillas y conductos de ventilación no estén obstruidos.
- Si se utiliza un grupo electrógeno, debe ubicarse siempre al aire libre.
- No encender motores a combustión (como motosierras o generadores) dentro de espacios cerrados.
- No colocar recipientes con agua sobre fuentes de calor, como cocinas o estufas.
- Evitar quemar plásticos, gomas o metales, ya que generan vapores tóxicos.
Con simples medidas de precaución y un mantenimiento adecuado de los sistemas de calefacción, se pueden evitar situaciones de riesgo. La prevención es clave, especialmente durante los meses más fríos, cuando aumentan los casos de intoxicación por monóxido de carbono.