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Florencia Costantino, la médica que une ciencia y corazón en la lucha contra el cáncer

La mastóloga Florencia Costantino alerta sobre el aumento del cáncer de mama en mujeres jóvenes y desmonta mitos sobre la enfermedad, destacando la importancia de los estudios preventivos.

Florencia Costantino, la médica que une ciencia y corazón en la lucha contra el cáncer

La mastóloga Florencia Costantino alerta sobre el aumento del cáncer de mama en mujeres jóvenes y desmonta mitos sobre la enfermedad, destacando la importancia de los estudios preventivos.

El cáncer de mama, históricamente asociado a mujeres mayores de 50 años, está aumentando en mujeres jóvenes, particularmente entre los 30 y 49 años. La doctora Florencia Costantino (MP 8090), mastóloga acreditada y miembro titular de la Sociedad Argentina de Mastología, advirtió sobre este fenómeno preocupante y destacó la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz.

"Ha aumentado la incidencia de cáncer de mama en pacientes a partir de los 30 años", afirmó Costantino en Radio Con Vos Patagonia, quien señaló que antes la enfermedad era más común después de los 50. Este incremento puede estar relacionado con cambios ambientales y alteraciones genéticas que aún no se detectan en su totalidad. “En algunas pacientes no encontramos una mutación específica, pero sí podemos ver que hay un patrón familiar en los diagnósticos”, explicó, subrayando que esto requiere más investigación para entender las causas subyacentes.

Uno de los mitos más arraigados, según la especialista, es el temor a la radiación durante una mamografía. "El miedo a la mamografía por el tema de la radiación es infundado. La radiación que recibimos constantemente por el sol y el resto del medio ambiente es mucho mayor que la de una mamografía. Los mamógrafos actuales tienen una radiación mínima", explicó. Este temor, aseguró, puede llevar a las pacientes a postergar los estudios esenciales para detectar el cáncer en sus etapas más tempranas, donde el tratamiento tiene mayores chances de éxito.

Además, la doctora Costantino hizo hincapié en la importancia de la autoexploración como complemento, pero no como sustituto de los estudios clínicos. “El autoexamen es útil para conocer el cuerpo, pero no debe reemplazar los estudios de imagen. Las mujeres a partir de los 40 años deben hacerse mamografías anuales, y si tienen antecedentes familiares, deben comenzar antes, a partir de los 35”, agregó.

Costantino también desmitificó la idea de que el dolor en las mamas es un indicador claro de cáncer. Solo el 10% de los cánceres de mama generan dolor. La mastalgia es algo muy común en las mujeres y, por lo general, no está relacionado con el cáncer. Es importante que las mujeres no esperen a tener dolor para hacerse controles”, advirtió.

A pesar de que el dolor no suele ser un síntoma temprano de cáncer, Costantino aclaró que cualquier cambio en la forma o tamaño de las mamas, o la aparición de nódulos, debe ser motivo de consulta médica. “El cáncer de mama no tiene síntomas en la mayoría de los casos tempranos, por eso los controles preventivos son clave para detectarlo antes de que sea palpable”, destacó.

Según la Sociedad Argentina de Mastología, los estudios realizados de manera regular permiten reducir notablemente la mortalidad. Aunque no se puede evitar la incidencia, sí se puede diagnosticar el cáncer en estadios tempranos, lo que aumenta significativamente las probabilidades de curación.

Tratamientos más efectivos

En cuanto a los avances en el tratamiento del cáncer de mama, la doctora destacó que hoy en día existen muchas más opciones terapéuticas, sobre todo para los casos más jóvenes. "Tenemos un montón de nuevas drogas y tratamientos mucho más efectivos que antes, con mejor pronóstico de vida", detalló. Sin embargo, los tratamientos pueden ser largos y difíciles. "Cuando es inevitable la quimioterapia, el proceso puede durar hasta seis meses, seguido de radioterapia", explicó, subrayando la importancia de la detección temprana para evitar la quimioterapia en algunos casos.

Costantino también remarcó que el enfoque del tratamiento ha cambiado en los últimos años, con la participación de equipos multidisciplinarios. "Contamos con un equipo que incluye mastólogos, patólogos, oncólogos y psicooncólogas. Evaluamos cada caso de forma individual y personalizada. Esto nos permite ofrecer un tratamiento integral que mejora no solo la efectividad del tratamiento, sino también la calidad de vida de las pacientes", aseguró.

Pero el enfoque de la especialista va más allá del diagnóstico y tratamiento médico. Para ella, el acompañamiento emocional y la construcción de un vínculo de confianza son aspectos fundamentales en el proceso de sanación. "Muchas veces, las pacientes llegan al consultorio con miedo y dudas. Mi trabajo no solo es brindarles un diagnóstico certero, sino también acompañarlas en cada paso del tratamiento, asegurándome de que se sientan contenidas y comprendidas", explica.

Costantino ha creado redes de apoyo entre sus pacientes, generando espacios de contención donde se prioriza la empatía y el intercambio de experiencias. En este sentido, organiza caminatas mensuales donde no solo promueve la actividad física, sino también la creación de una comunidad en la que las mujeres pueden compartir sus historias y apoyarse mutuamente. “A través de estas actividades, buscamos que las pacientes se sientan acompañadas y comprendan que no están solas en este proceso", añadió. Esta relación cercana con sus pacientes no solo fortalece el tratamiento médico, sino también el bienestar emocional, un aspecto clave para enfrentar una enfermedad como el cáncer de mama.

Superando límites: la expedición a los Andes

Una de las iniciativas más emblemáticas fue su participación en una expedición a la cordillera de los Andes junto a un grupo de pacientes que habían superado el cáncer de mama. Esta aventura no solo simbolizó el triunfo sobre la enfermedad, sino también el poder de la resiliencia y la fortaleza mental. "Subir a la montaña fue una metáfora para todas nosotras: así como superamos el cáncer, también podíamos conquistar ese desafío físico y emocional", comentó Costantino.

La travesía a los Andes no fue una simple expedición. Fue un proyecto que unió a mujeres de diferentes edades y contextos, todas con un factor en común: haber enfrentado y vencido al cáncer. "Cada paso que dimos en la montaña fue un recordatorio de todo lo que habíamos superado. Al llegar a la cima, la emoción era indescriptible. Fue un momento de reflexión, de sentirnos vivas y de entender que la vida continúa, y que cada una de nosotras tiene la capacidad de enfrentar cualquier obstáculo", relató.

Para la doctora Costantino, esta experiencia fue una oportunidad para demostrar que el tratamiento del cáncer no solo se enfoca en curar la enfermedad física, sino en fortalecer el espíritu de sus pacientes. "Lo que más me emocionó fue ver cómo cada una de ellas, más allá de las cicatrices, recuperaba su confianza, su capacidad de soñar y de plantearse nuevos desafíos. Es el mensaje que quiero dejar: el cáncer no define a las mujeres, y hay vida después del diagnóstico", afirmó.

Cáncer de mama en hombres

Aunque el cáncer de mama es mucho más frecuente en mujeres, Costantino subrayó que también afecta a los hombres, aunque en un porcentaje muy bajo (1% de los casos). “En los hombres se diagnostica más tarde porque no hay un sistema de estudios preventivos, y los casos suelen aparecer alrededor de los 70 años”, explicó la mastóloga. Sin embargo, enfatizó la importancia de la concientización también en el sexo masculino. “Cualquier nódulo en la zona mamaria debe ser consultado. Y lo más importante es que los hombres pregunten a sus madres, esposas o hermanas si están al día con sus estudios”.

Costantino resaltó también el rol de la prevención primaria, que busca modificar hábitos para reducir los factores de riesgo. "Es fundamental disminuir el sedentarismo, el consumo de alcohol y grasas, y fomentar la alimentación saludable y el ejercicio físico", enfatizó. Además, mencionó actividades comunitarias, como las caminatas mensuales que organiza con sus pacientes, donde no solo se promueve la actividad física, sino también la construcción de una red de apoyo.

“La mayoría de los cánceres de mama son esporádicos, lo que significa que los factores de riesgo modificables juegan un papel clave. La edad y el género son inmodificables, pero el estilo de vida sí se puede cambiar, y eso es lo que buscamos promover”, concluyó.

 

*Escuchá la entrevista completa:

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